jueves, 3 de diciembre de 2009

En defensa de la piratería... ¡ejem!, digo de Internet.

A oídos (y ojos) de este pirata ha llegado el siguiente mensaje, no precisamente en una botella que, a continuación, reproduzco...
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Contra la SGAE (Sociedad General de Autores y otros Elementos).

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Dada la mierda esputada diariamente desde la televisión, radio, prensa y demás medios de comunicación, un grupo de disidentes hemos elaborado este manifiesto a favor (SÍ, A FAVOR) de la piratería. Si te mola, pásalo. Si prefieres creerte las mentiras de la industria, haz con él lo que se te pase por el arco del triunfo.

De: Un currante medio, aplastado por la hipoteca, la precariedad laboral, los horarios DE MIERDA y otros abusos sociales como la caña de cerveza a 2 putos Euros.


A: Ese músico mediático que se duele detrás de unas gafas de sol en la Moncloa, forrado de pasta hasta los pendientes… Por cierto, tiene cojones ir de rebelde por la vida y terminar en las escaleras del centro del Estado (por si no captáis las sutilezas, el ejemplo se refiere a Alejandro Sanz , aunque es extensible a todos los membrillos/impresentables que le acompañaban).


Mira, chavalote, en la gira que te vas a marcar este verano vas a ganar más pasta -haciendo algo que te gusta y que en teoría te llena- de lo que ganaré yo en toda mi puta vida de currito, cargando, además, con una actividad que no me aporta nada personalmente y con la que, si no fuera por el sueldo adicional de mi pareja, ni siquiera me daría para pagar el piso donde vivo.


'La música está muy mal' –gimes–. Tú, chavalote, no sabes lo que es estar mal. ¿Qué sabes tú de hipotecas, de rebotar de un contrato a otro, de currar a turnos de 7 a 7? ¿Qué sabes tú de llegar a fin de mes, o de lo que me cuesta a mí plantearme tener hijos con lo que piden en una guardería? Porque te recuerdo que aquí, en el mundo real, curramos dos para pagarnos 70 metros cuadrados.


'La gente que compra en el top manta no ama la música' -escupe otro. ¿Con qué validez moral exigís vosotros, que vivís a todo trapo de camino entre Madrid y Miami, sin saber ni el dinero que tenéis, al currante que os pague los vicios y haga multimillonaria a la multinacional de turno. ¿Cómo se puede tener la cara de plantarse en plan víctima sobre una vida de lujo?


La industria ha abusado –y abusa con los precios y las calidades–. Sólo ahora que se ve con el rabo en el culo ofrece lo que no pueden dar los piratas: DVD's con vídeos, extras y demás. Todo, curiosamente, al mismo precio que antes. ¿No llorabais que no se podían bajar los precios? Cómo vale ahora un álbum que lleva 12 canciones en el CD y 16 en un DVD (verídico) lo mismo que antes el mismo álbum con el CD a pelo? ¿Cómo puede valer un mismo álbum en España 18 euros y en Alemania 20 (contrastado) cuando los alemanes ganan más del doble que un español?


Ahora que las mafias e Internet os revientan, ahora, que ya no tenéis la sartén por el mango, pasáis de la posición dominante y abusiva a la apelación más rastrera de sentimientos, yo, y muchos como yo respondemos: AHORA, QUE OS DEN POR EL CULO.


NADIE puede pedirme que le pague la colección de coches de lujo, el yate y las cuatro casonas en Miami, la Sierra o Marbella.


NADIE puede pedir moral desde la inmoralidad. Ejemplo: Bustamante se acaba de comprar una casa de 500 kilos de las antiguas pesetas en sólo CUATRO AÑOS DE CARRERA, claro ejemplo de lo mal que está el panorama musical.



Atentamente: Cualquier ciudadano anónimo hasta los huevos de sandeces.


* PD 1: Cópialo, pégalo y pásalo. Si haces Reenvío se llena de molesto spam.


* PD 2: Si alguien sabe el correo de Ramoncín que haga el favor de pasárselo.

martes, 22 de septiembre de 2009

Una de Piratas.

Jolly Roger

Bueno, después de tanta singladura acabo de darme cuenta de que jamás os he hablado de qué es un pirata… Y no, no tiene nada que ver con la Política, la Informática, el Flirteo o las costas de Somalia… Ni tampoco con el apodo de Granero, jugador del Real Madrid. Pero bueno, no sólo ha habido piratas: desde siempre, mucha y muy buena gente ha recorrido los Siete Mares con la simple idea de sentir el viento en el rostro, ver como la espuma del mar surge de la quilla que divide en dos el Océano y divertirse sin molestar a nadie y, para que no exista duda, voy a haceros un pequeño resumen para que, a partir de ahora, os dirijáis a nosotros con propiedad:


* Pirata: Del latín ‘pirāta’ que, a su vez, viene del griego ‘peiratés’ y que significa ‘el que se aventura’ o ‘el que pretende lograr fortuna’…, aunque, más que pretender, los piratas eran vulgares ladrones del mar, que actuaban al margen de toda ley. No servían bajo ninguna bandera que no fuera la ‘Jolly Roger’, famosa bandera pirata, reconocida desde lejos por su calavera, famosa calavera. El primero de todos parece ser que fue Polícrates, poderoso tirano de Samos entre el 540 AC y el 522 AC. Su caída provocó un gran impacto en el mundo griego.

* Filibustero: Puede provenir del francés ‘flibustier’, del inglés ‘freebooter’, o del holandés ‘vrijbuiter’, esto es, ‘que se hace del botín libremente’, aunque también podría proceder del inglés ‘fly-boat’, haciendo referencia a un tipo de velero rápido. Era el nombre que recibía el pirata que en el siglo XVII formaba parte de los grupos que actuaban en el mar de las Antillas. Como característica especial, no se alejaban de la costa; la bordeaban y saqueaban las localidades costeras –¿podríamos llamarles ‘piratas de bajura’?–. Su último triunfo, la toma de Cartagena de Indias en 1697, con la ayuda de una flota de corsarios franceses. Desde entonces su número disminuyó rápidamente, y no se encuentran referencias históricas de ellos a partir de del siglo XVIII.

* Corsario: Del latín ‘cursus’ es decir carrera. Era el nombre que se concedía a los navegantes que, en virtud del permiso concedido por un gobierno en una ‘carta de marca’ o ‘patente de corso’, capturaban y saqueaban el tráfico mercante de las naciones enemigas de ese gobierno.

Para el país objetivo, el corsario era igual que un pirata. En ocasiones, si entraba en sus planes, acababan siendo piratas sin que se lo encargasen … Y además ésa era la intención. La única diferencia era que, mientras que los piratas estaban proscritos en todas las naciones, los corsarios gozaban de inmunidad legal en el país que les contrataba, y se les consideraba prisioneros de guerra si eran capturados por otros países. Los corsarios a veces recibían el nombre de ‘piratas caballeros’. Algunos recibían también el encargo de cazar a otros corsarios.

* Bucanero: ‘Bucán’ es la rejilla de madera utilizada los habitantes precolombinos de las Antillas para ahumar la carne; en origen se denominaba así a un habitante de la parte occidental de la isla de La Española, actual Haití y República Dominicana, dedicado a cazar vacas y cerdos salvajes para bucanear, es decir, ahumar, la carne y venderla a los navíos que navegaban por las aguas del mar Caribe. Cuando las autoridades españolas exterminaron a los animales, base del comercio de los bucaneros, y las autoridades francesas que gobernaban la Tortuga dictaron leyes en su contra, muchos de ellos se establecieron en la isla de la Tortuga, sumándose a los filibusteros para dedicarse a la piratería, sobre todo contra los españoles.

A lo largo de los siglos XVII y XVIII el término, alternado con el de filibustero, pasó a ser sinónimo de pirata. Sin embargo, mientras los piratas y filibusteros solían limitar sus actividades al mar, los bucaneros no desdeñaban las actividades en tierra firme ni dedicarse al pillaje.
Una vez que ha quedado claro, vamos a poner algún que otro ejemplo de estas grandes personalidades históricas, algunos de ellos muy queridos y añorados antepasados míos; también os voy a hablar del famoso Juramento Pirata

Sir Francis Drake. (Tavistock, Inglaterra, c. 1543 – Portobelo, Panamá, 28 de Enero de 1596). Corsario, explorador, comerciante de esclavos, político y vicealmirante de la Royal Navy. Dirigió numerosas expediciones navales contra los españoles en la Península Ibérica y en las Indias. Participó en el ataque a Cádiz de 1587, la derrota de la Armada Invencible y el ataque a La Coruña de 1589. Asesinó al rival vitalicio de Isabel II, el Conde Braulio Verde –vamos, un jodido protegido de la Corona…

Arudj –‘Barbarroja’. Pirata berberisco. Su pasión era sólo una: robar tesoros de la Iglesia Católica y las riquezas del Papa –¡Este tío era un fenómeno! ¡Una especie de Guillermo de Baskerville de la Berbería…!–, razón por la cual fue perseguido durante años y terminó por ser capturado y ejecutado.

Juan Lafitte. Reconocido corsario, autoproclamado pirata y amo del Golfo de México. Nunca fue capturado: la recompensa que daban por él era mucho menor a lo que Lafitte podía pagar para no ser perseguido. Cuentan que el gobernador del Golfo de México ofreció 5.000 $ por su cabeza, pero el corsario ofreció 50.000 $ por la del gobernador –eso es chulería, si señor…

Jean David Nau –‘L’Olonnois’. François l'Olonnais, más conocido como ‘el Olonés’, terrible y feroz filibustero del siglo XVII, natural de Les Sables-d'Olonne costa Atlántica de Francia. Uno de los piratas más crueles y de gran valor y seguridad en sí mismo, lo que le sirvió para tener un gran dominio sobre su gente que le obedecía fieramente. Se dice que obtuvo infinidad de tesoros. Sin embargo, para con sus prisioneros ‘era un ángel’: los interrogaba, torturaba, elegía alguno que sirviera de ejemplo a los demás al que o bien cortaba su cuerpo en pedazos o bien le rasgaba el pecho sacándole el corazón que a veces masticaba y escupía a la cara de los demás… Fue temido y odiado a causa de sus hábitos crueles. Todas sus incursiones tuvieron lugar en el mar de las Antillas. Algunos de sus ataques como pirata fueron ejecutados bajo los auspicios del gobierno francés que por aquellos años del siglo XVII se hallaba en guerra contra los españoles. Nunca fue vencido por los españoles, ni por tierra ni por mar hasta que, finalmente, fue capturado por indígenas de una tribu Kuna, los cuales le dieron muerte en un ritual.

Henry Morgan. Filibustero galés hijo de un rico labrador, involucrado en Jamaica con otros filibusteros de la época como Christopher Myngs y el neerlandés Eduard Mansvelt, de quien fue seguidor. En connivencia con los gobernadores jamaicanos, bajo autoridad británica y, en medio de diversas tensiones políticas con potencias de la época, emprendió varias campañas bélicas contra las posesiones españolas en el Caribe. Su primera operación a gran escala la realizó en Cuba, y culminó con la atrevida acometida a la ciudad de Panamá en 1670; a pesar de tener las circunstancias en su contra al atravesar el istmo a través de la selva y, con evidente desventaja de hombres y armamento, demostró sus dotes de liderazgo logrando la victoria. A pesar de los desmanes cometidos durante sus expediciones en América, fue nombrado caballero por el rey Carlos II de Inglaterra el año de 1674, ocupando el cargo de Teniente Gobernador de Jamaica, donde ejerció la función de perseguir a piratas de la zona… En sus últimos años de vida sufrió de una precaria salud. Al morir, sus restos fueron sepultados en el cementerio de Palisades en Port Royal.

Ann Bonny. Hija ilegítima de un importante abogado irlandés, William Cormac y de la marmota de la familia, Mary Brennan. En 1698 después del escándalo, sus padres marcharon a Charleston donde William ejerció como abogado y se convirtió en un rico comerciante. El temperamento de Ann era bien conocido: se cuenta que apuñaló a una chica con un cuchillo de carnicero. Contrajo matrimonio con James Bonny, un cazador sin fortuna quien la llevó a las Bahamas como pirata después de que su padre las desheredara. Ann vestía ropas masculinas, era experta en el manejo de pistolas y machete…, y era considerada tan peligrosa como cualquier pirata masculino… Como cantaban los chicos de Coz ‘las chicas tienen algo especial, las chicas son guerreras…’.

William ‘The Captain’ Kidd. A menudo recordado como un pirata cruel y sanguinario, aunque pudo haber actuado bajo patente de corso otorgada, según se cree, por William III de Inglaterra. No obstante, en la tradición es quizá el pirata que más fama ha alcanzado en canciones, historias y leyendas que ningún otro pirata de los Siete Mares. Junto a su tripulación, ha sido acusado de todos los crímenes posibles atribuibles a las historias de piratas. Su buque tenía el nombre de Adventure Galley. Destaca su particular rivalidad con el capitán pirata Robert Culliford. Fue declarado pirata tras saquear barcos de la Compañía Inglesa de las Indias Orientales. Más tarde, saqueó el navío francés Quedagh Merchant, que iba cargado de oro. Escondió un tesoro en la isla neoyorquina de Gardiner, que fue desenterrado y llevado a su juicio en Londres. En 1701 fue juzgado por piratería y ahorcado, permaneciendo colgado su cuerpo inerte en el muelle del Támesis durante años.

Robert Culliford. Pirata inglés –esto es una redundancia, ¿no?– nacido en Cornwall. Es recordado por su lucha con el capitán Kidd: se conocen a bordo del mercante francés Sainte Rose; sólo van a bordo ocho británicos, ambos incluidos y Kidd, Culliford y sus compadres británicos se amotinan y capturan el buque, renombrándolo como Blessed William…, y nombrando a Kidd como capitán aunque, en Febrero de 1690 se produce otro motín en el barco y éste es depuesto como capitán. El nuevo capitán del barco es William Mason y Culliford, su timonel. Culliford conduce a los piratas a través del Caribe asaltando barcos y atacando pueblos para aumentar su botín. Finalmente llegan a New York, vendiendo sus tesoros. De nuevo se hacen a la mar capturando otra fragata francesa, L'Esperance. Mason da la nueva embarcación a Culliford, que la renombra como Horne Frigate. Piratería a través de las costas de la India. Fue arrestado en la isla de Santa María y el perdón que poseía fue invalidado. Se salvó de la horca porque le necesitaron para el juicio de Samuel Burgués. Luego del mismo, desapareció. Hay quién sostiene que acabó sirviendo en una nave naval.

Bartholomew Roberts –‘Black Bart’. Su verdadero nombre era John Roberts y fue el pirata de más éxito. Era alto, bien parecido y elegantemente vestido. Sólo bebía té. Autor del ‘Código de Conducta Pirata’ más conocido.

Edward Drummond –‘Blackbeard’. Quizá el más famoso de los piratas. Antes de dedicarse a la piratería usaba el nombre de Edward Teach. Su barco ‘Queen Anne´s Revenge’ fue tomado a los franceses. Llevaba una enorme barba negra adornada con cintas. Antes de la batalla ataba mechas lentas a su sombrero que ardían muy despacio y dejaban una estela de humo negro.

Edward ‘Ned’ Low. Llamado también Loe en vez de Low, fue un importante pirata inglés durante los últimos días de la Edad Dorada de la Piratería, a principios del siglo XVIII. Famoso su código pirata de diez artículos.

John Phillips. Fue un capitán pirata, como no, inglés. Comenzó su, digamos, carrera en 1721 con Thomas Anstis, y robó el que sería su propio barco dos años más tarde. Murió en un ataque sorpresa a manos de sus prisioneros. Destacó por escribir para su barco el Revenge, uno de los más completos códigos piratas conocidos, basado en nueve artículos.

William Dampier. Aventurero y escritor inglés. Corsario, explorador y bucanero, tomó parte en numerosas travesías de carácter privado en las posesiones españolas de Centroamérica, Australia e Indias Orientales.

William Parker. Saqueó las costas de La Española y de Honduras.

Thomas Cavendish. Siguiendo el itinerario de Drake, asaltó varios poblados en la costa del Perú y volvió a Inglaterra doblando el cabo de Buena Esperanza. En una segunda expedición pasó otra vez el estrecho de Magallanes, pero la escasa moral de su marinería le obligó a regresar. Murió en el Atlántico, frente a Pernambuco.

Edward Felton. Saqueó las aguas del Río de la Plata.

John Oxenham. Desde Jamaica llegaba al Darién y, atravesando el istmo, conseguía en la isla de las Perlas sus copiosos botines.

William Hawkins. Uno de los primeros ingleses ‘comerciantes’ en dirigir su propia empresa naval más allá de las fronteras británicas… Monopolizaría un vasto mercado con las posesiones hispano-lusitanas del Nuevo Mundo hacia 1530.

Sir John Hawkins. Hijo de William. Intrépido marinero, comerciante en el Nuevo Mundo, corsario, pirata, negrero, negociante… Mataba a sus rivales empleando trucos de magia o fingía leerles el futuro acertando su muerte.

Sir Richard Hawkins. Hijo de John, nieto de William. Corsario. Saqueó, entre otras, las costas de Chile y Brasil… Por cierto, menuda familia, ¿no? De tal palo…

* Juramento Pirata:

Más bien conocido como ‘Código de Conducta Pirata’, ‘Código Pirata’ o ‘Juramento Pirata’ –del francés, ‘Charte Partie’, Contrato de Flete–. La solemnidad del juramento ante el escrito consistía en poner una mano en una botella de ron y la otra sobre una Biblia –o un crucifijo o un hacha de abordaje–. Se firmaba con el nombre o trazando una cruz.


En términos generales, la carta incluía:


- Lugar y fecha del acuerdo.

- Nombre del barco.

- Objetivos de la operación a realizar.

- Reparto del botín.

- Establecimiento de obediencia a sus superiores.


Entre los delitos a ser considerados se incluían ocultar lo robado, despojo entre camaradas o trampas de juego. En ocasiones se optaba por entregar al imputado a las autoridades más próximas –regularmente Jamaica o la Isla de la Tortuga–. También se estipulaba, para faltas menores, el abandono en territorio español: el individuo era abandonado a su suerte con una botella de agua, un poco de pólvora, arma y municiones. Tal acción era denominada ‘maroon’ –del inglés abandonar.


No sólo existió un código en la época dorada de la piratería, sino que existieron cuatro. Todo pirata debía firmar con su letra o con su marca y esto les confería derecho a voto y parte del botín. Eran el código de Bartholomew Roberts, el de John Phillips, el de Edward Low y el de Henry Morgan.


El más conocido es el del pirata Bartholomew Roberts, pirata galés nacido John Robert –17 de Mayo de 1682-10 de febrero de 1722–, uno de los más notorios de su época y de la historia y ya mencionado con anterioridad. Tenía 11 artículos y fue escrito en 1721:


I. Todo hombre tiene voto en los asuntos del momento. Tiene igual derecho a provisiones frescas o licores fuertes en cualquier instante tras su confiscación y pueden hacer uso de ellos a placer, excepto que la escasez haga necesario, por el bien de todos, su racionamiento.


II. Todo hombre será llamado equitativamente por turnos, según la lista, al reparto del botín –sobre y por encima su propia participación–. Se le permitirá cambiarse de ropa para la ocasión pero si alguno defrauda a la compañía por valor de un dólar de plata, joyas o dinero, será abandonado a su suerte en el mar como castigo. Si el robo fuese entre miembros de la tripulación, ésta se contentará con cortar las orejas y la nariz al culpable y lo desembarcará en tierra, no en lugar deshabitado pero sí en algún sitio donde se dé por sentado que encontrará adversidades.


III. Nadie jugará a las cartas o dados por dinero.


IV. Las luces y velas se apagarán a las 8 de la noche; si después de esa hora algún miembro de la tripulación se inclina a seguir bebiendo, puede hacerlo sobre cubierta.


(Nota: Lógicamente. Así se evitaba ser avistado en los ataques nocturnos, atacado o incendiado).


V. Mantener sus armas, pistolas y sables limpios y listos para el servicio.


VI. No se permiten niños ni mujeres. Si cualquier hombre fuera encontrado seduciendo a cualquiera del sexo opuesto, y la llevase al mar disfrazada, sufrirá la muerte.


(Nota: Era considerado de mala suerte que estuvieran a bordo).


VII. En batalla, la deserción del barco o sus camarotes será castigada con la muerte o el abandono a su suerte en el mar.


VIII. No se permiten las peleas a bordo, pero las disputas de cualquier hombre se resolverán en tierra, a espada y pistolas.


IX. Ningún hombre hablará de dejar su modo de vida hasta que haya aportado 1.000 £. Si, para conseguirlo, perdiera una extremidad o quedara impedido para el servicio, se le darán 800 $ extraídos del inventario común y por heridas menores, en proporción a su gravedad.


X. El capitán y su segundo recibirán dos partes del botín; el maestre, contramaestre y cañonero una parte y media, y el resto de los oficiales, una parte y un cuarto.


XI. Los músicos tendrán descanso el sábado pero no los otros seis días y noches, a no ser por concesión extraordinaria.


Bueno, espero que os haya servido para algo y si no, al menos, hayáis pasado un rato divertido. Pueden pasar de moda los soldados, los vaqueros –y los indios–, los astronautas –excepto Pepe Fernández, bueno…, Tony Leblanc–, pero nunca dejarán de estar de moda los piratas.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

George Best.

Ya se acaba la singladura canicular, ¡maldito Agosto de calor...! Un inciso: aquí debo incluir la opinión que, al respecto, da el maestro maestro Antonio Regueras acerca del 'mesecito' de marras:
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'El colega, se marcha con la tranquilidad y el orgullo de saber que ha dado las del pulpo. Se larga, pero mandando, y a ver quien tiene cojones de reprocharle nada, todo el mundo acojonado, achantamiento que te crió. Cualquiera le espeta, hay que mamarsela por cojones, no vaya a ser que entre en rallamiento u/o mosqueo del dos y vuelva el año que viene mas cabreado. Conocemos su furia cuando se rebela, la irritación que atrinca la paga con el primero que pilla… Mira por donde, hombre, siempre nos toca a nosotros ser “los infragantis”.

Pues nada, querido Agosto, ha sido un placer compartir tus días. La próxima ves que nos visites tírate el rollo e intenta venir acabaíto de tomar una duchita fría, por tu madre. De esa forma nos transmitirás un poco de fresquito aureador.'

En fin, que después de tanto ardor, he decidido que ya era hora de volver. Y nada mejor que una recopilación de frases del genial George Best, apodado 'el quinto Beatle', hoy que es día 09 de Septiembre de 2009 y que se produce el lanzamiento de la remasterización de la obra de los cuatro chicos de Liverpool, 'The Fab Four', casi 40 años después de su última obra de estudio, Abbey Road, el 13 de Septiembre de 2009. Dicho y hecho, ahí van las perlas, que no tienen desperdicio:


- ‘En 1969 dejé las mujeres y el alcohol. Fueron los peores veinte minutos de mi vida’.

- ‘Mucha gente va diciendo por ahí que me he acostado con siete Miss Mundo, pero sólo han sido tres’.
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- ‘He gastado mucho dinero en mujeres, alcohol y coches. El resto lo he despilfarrado’.
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- ‘Si hubiese nacido feo, vosotros nunca hubierais oído hablar de Pelé’.
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- ‘Si perdía la pelota era un insulto personal y la quería recuperar. Sí señor, me fastidiaba mucho que me la quitaran, porque era mi pelota’.
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- ‘He dejado de beber, pero sólo cuando duermo’.
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- ‘Hace unos años dije que si me daban a elegir entre marcar un golazo al Liverpool o acostarme con Miss Mundo, iba a tener una difícil elección. Afortunadamente, he tenido la oportunidad de hacer ambas cosas’.
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- ‘Nunca salía por la mañana con la intención de emborracharme, sólo sucedía’.
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- ‘Cada vez que entro en un sitio, hay 70 personas que quieren invitarme a beber, y yo no sé decir que no’.
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- ‘Se dicen un montón de bobadas sobre defensas rudos y jugadores destructivos. Yo les llamo simplemente hijos de mala madre’.
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- 'Tenía una casa al borde del mar, pero para ir a la playa tenía que pasar por delante de un bar. Nunca me bañé'.


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Sencillamente, un genio...


martes, 26 de mayo de 2009

Historia de los Oscars. Negligencias

Año

¿Qué film ganó?

¿Cuál debió hacerlo?

1927

Wings (Alas) - Howard Hughes.

Sunrise (Amanecer) - F. W. Murnau.

A pesar de mi adorada Clara, la propaganda militar no debió imponerse a ese monumento cinematográfico llamado 'Sunrise'. ¿Cuánto tiempo se adelantó a su época? 'Matrix' de la 'Belle Époque'.

1931

Cimarron (Cimarrón) - Wesley Ruggles.

City Lights (Luces de la Ciudad) - Charles Chaplin.

De nuevo otro pesar, Irene Dunne... Pero contar 'ovejas' sólo sirve para dormir. A cuatro años vista (y oídos). ¡Sigue así, chico... Tú llegarás...!

1939

Gone With The Wind (Lo Que El Viento Se Llevó) - Victor Fleming.

De acuerdo...

...OK, con permiso de Stagecoach, pero... ¿y por qué no a Gable?

1941

How Green Was My Valley (Qué Verde Era Mi Valle) - John Ford.

Citizen Kane (Ciudadano Kane) - Orson Welles.

Y, por si aún quedaban dudas, España entera se hizo comunista... ¡Qué podríamos agregar que no se haya dicho ya... ¡O que sí se haya dicho...! -Gracias por la frase, Marcos Mundstock.

1951

An American In Paris (Un Americano En París) - Vincente Minnelli.

A Streetcar Named Desire (Un Tranvía Llamado Deseo) - Elia Kazan.

Aunque después de una mala racha el optimismo siempre encaja bien, no hay color. Personajes para la posteridad, interpretaciones magistrales, dirección impecable. ¡Rien ne va plus!

1952

The Greatest Show On Earth (El Mayor Espectáculo Del Mundo) - Cecil B. DeMille.

High Noon (Sólo Ante El Peligro) - Fred Zinnemann.

La volví a ver no hace ni 2 días. 'Do Not Forsake Me, Oh My Darling'. Por cierto... , ¿y Chaplin? ¿No jugaba? ¡Ah, que andaba entre Candilejas...!

1955

Marty (Marty) - Delbert Mann.

¿Y el resto?

¿Y la del chico del Porsche Spider blanco? ¡Ah, y Tracy no era manco...! ¿O sí?

1956

Around The World In 80 Days (La Vuelta Al Mundo En 80 Días) - Michael Anderson.

The Searchers (Centauros Del Desierto) - John Ford.

El plano final vale su peso en oro. Grande Ford y grande Wayne. Odio, intolerancia, fuerza... Y eso por no hablar de Natalie...

1957

The Bridge On The River Kwai (El Puente Sobre El Río Kwai) - David Lean.

Witness For The Prosecution (Testigo De Cargo) - Billy Wilder.

La propaganda militar no se acaba nunca. Laughton al poder.

1958

Gigi (Gigí) - Vincente Minnelli.

Vertigo (Vértigo (De Entre Los Muertos)) - Alfred Hitchcock.

¡Insufrible! Ni la dulzura de la 'Caron' salva este bodrio con el tipo ese del sombrero de 'galleta'. Donde se ponga un 'Bollycao', que se quiten los croissants. The Left Handed Gun, The Big Country, Separate Tables, Touch Of Evil... Menos Gigi, cualquier otra...

1961

West Side Story (West Side Story (Amor Sin Barreras) - Robert Wise / Jerome Robbins.

Sin comentarios...

A pesar, nuévamente, de ni Natalie: The Children's Hour y Breakfast At Tiffany's -Audrey-. One, Two, Three -Cagney-. The Misfits -cualquiera de los tres.

1962

Lawrence Of Arabia (Lawrence De Arabia) - David Lean.

Hay varias...

Aunque me impresionó verla de pequeño en la gran pantalla..., ¿y To Kill A Mockinbird? ¿No impresiona Peck? ¿Acaso, Lolita -te amo, Sue? ¿Por qué no The Man Who Shot Liberty Valance?

1963

Tom Jones (Tom Jones) - Tony Richardson.

Desierto.

Sin comentarios. A pesar de The Birds o Charade. A pesar de lo que me divirtió The Great Escape.

1966

A Man For All Seasons (Un Hombre Para La Eternidad) - Fred Zinnemann.

The Fortune Cookie (En Bandeja De Plata) - Billy Wilder.

¡Y Punto! (no sabrás lo que es un 'cuñado' hasta que no veas 'En Bandeja De Plata').

1968

Oliver! (Oliver!) - Carol Reed.

Desierto.

Pues sí..., y a pesar de 2001: A Space Odyssey, Rosemary's Baby o The Odd Couple.

1976

Rocky (Rocky) - John G. Avildsen.

Desierto.

¿En serio que fue a Rocky? ¿Habían bebido? Este año no lo salvan ni las Hemingway en Lipstick ni All The President's Men.

1979

Kramer vs. Kramer (Kramer Contra Kramer) - Robert Benton.

Manhattan (Manhattan) - Woody Allen.

Esta chica no es una actriz, es un mimo...Y no, no es un cocktail...

1980

Ordinary People (Gente Corriente) - Robert Redford.

Raging Bull (Toro Salvaje) - Martin Scorsese.

Nunca me gustó 'la chica de la tele'. Un merecido homenaje a la Gloria de Cassavetes y Gena Rowlands.

1985

Out Of Africa (Memorias De África) - Robert Redford.

Kiss Of The Spider Woman (El Beso De La Mujer Araña) - Héctor Babenco.

La 'mima' y el 'mimo' -¿quién hace más gestos, el Brandauer o la Streep?-. Reportaje de National Geographic con guión de Corín Tellado...

1989

Driving Miss Daisy (Paseando A Miss Daisy) - Bruce Beresford.

Born On The Fourth Of July (Nacido El Cuatro De Julio) - Oliver Stone.

Infumables el Beresford, la Daisy y el auto.

1990

Dances With Wolves (Bailando Con Lobos) - Kevin Costner.

Desierto.

Los de 'Mágico' González, ¡eso sí que eran corners...! Año de mafias y despertares... Y poco más...

1995

Braveheart (Braveheart) - Mel Gibson.

Desierto.

Primero la 'cagan' con el Costner y luego con el Gibson... ¿Quién le ha dicho a estos dos que saben actuar -o dirigir, o respirar...?

1996

The English Patient (El Paciente Inglés) - Anthony Minghella.

Desierto.

Nueva colaboración, en vista del éxito anterior, entre Corín Tellado y National Geographic... A pesar de mi Kristin y mi Juliette.

1997

Titanic (Titanic) - James Cameron.

L.A. Confidential (L.A. Confidential) - Curtis Hanson.

¡Cielos! Todo pésimo excepto Kate. ¿Y mi Kim a lo Lake?

2000

Gladiator (Gladiator (El Gladiador) - Ridley Scott.

Desierto.

¿Por qué no apareció el Alien y se los comió a todos? En todo caso, Erin Brockovich y mi Julia.

2002

Chicago (Chicago) - Rob Marshall.

The Hours (Las Horas) - Stephen Daldry.

L.P.E.A.R.G.D.P.T. (Liga Para Echar A Richard Gere Del Planeta Tierra). Magnífica Julianne Moore, como siempre -sin olvidar a mi australiana favorita... ¡Ah, cielos! ¡Otra vez la chica 'mimo'...!

2003

The Lord Of The Rings: The Return Of The King (El Señor De Los Anillos: El Retorno Del Rey) - Peter Jackson.

De Acuerdo (me siento raro al escribir esto).

Soy un gran conocedor del Universo Tolkien. Nada que objetar... Bueno, sí... Mención aparte para Mystic River y Lost In Translation.

2004

Million Dollar Baby (Million Dollar Baby) - Clint Eastwood.

Melinda And Melinda (Melinda Y Melinda) - Woody Allen.

Ex aequo.

2005

Crash (Crash (Colisión)) - Paul Haggis.

Desierto.

Novato televisivo contra todos. Me gustan The Brothers Grimm -interesante Gilliam-, Capote -muy bueno Hoffman- o The Interpreter -Pollack-Kidman-Penn.

2006

The Departed (Los Infiltrados) - Martin Scorsese.

Bueno...

También estaban Babel o Letters From Iwo Jima. The Black Dahlia, a pesar de mi Scarlett, no...

2008

Slumdog Millionaire (Slumdog Millionaire) - Danny Boyle / Loveleen Tandan.

Desierto.

Los documentales no son exactamente cine... Por eso no he elegido No Direction Home: Bob Dylan de Scorsese en 2005...

miércoles, 6 de mayo de 2009

Entrevistas Desde El Más P’Allá

Tiempo y esfuerzo, esfuerzo y tiempo… Y algún ‘inconfesable’… Lo cierto es que acabo de volver de uno de mis viajes, quizá de uno de los más extraños que haya tenido el placer de disfrutar en mi larga e intensa singladura por los mares de mi existencia. Os cuento…


…Hace ya muchos años, fui a dar con mis huesos en un tabernucho infecto de una isla perdida de la Polinesia Francesa. Allí, una meretriz entrada en años me contó, entre vapores etílicos y alguna que otra lágrima, una extraña historia:


No siempre fui así –aseveraba con un rictus de tristeza en su ajado rostro–. ¡Hace tanto de eso…!


Yo, que pensaba me iban a contar historias del bien y del mal, hice por levantarme, pero ella, lejos de ignorarme, me tomó de la mano, invitándome con sus ojos cansados a que me sentara. Una vez ocurrido esto, me relató algo que creo merece la pena que conozcáis. Luego de un largo trago de ron, respiró hondo, ahogó su llanto y comenzó a hablar. Muy despacio…


…Una vez conocí a un marinero igual que tú… Joven, guapo…, deseaba comerse el mundo. Y no temía a nada ni a nadie. Ni vivo ni muerto… Me dijo que había encontrado un islote que no figuraba en los mapas y en el que se topó con una bruja con la que estuvo…, bueno, ni él mismo sabe el tiempo que anduvo perdido entre sus brazos…. En fin, el ron, mis labios y mis atenciones hicieron que confesara: la bruja, además de hermosa y ardiente, poseía un secreto: era capaz de hacer que los muertos aparecieran. No podías tocarlos, aunque sí que podías hablar con ellos… Eso sí, a un alto precio. Yo, que tan sólo buscaba a alguien que me sacara de allí y me colmara de riquezas, no le creí. Deseaba fortuna y una nueva vida, no a un loco borracho, arruinado y consumido por el hechizo de cualquiera sabe qué mujer…


…En fin… A la mañana siguiente desperté con un fuerte dolor de cabeza. No había bebido tanto como para ello y ni tan siquiera recordaba cómo había llegado hasta mi cama. Ni eso, ni nada de nada. Tan sólo al marinero, su historia y nada más… Me levanté, lavé mi cara y, cuando puse mi cuerpo desnudo frente al espejo pude observar con pavor que en mi vientre había algo tatuado: un mapa. Ni rastro de dolor, ni heridas. Tan sólo un maldito mapa sobre mi vientre. Y ni una señal del marinero del que, ni tan siquiera, sabía su nombre. Intenté borrarlo con agua y jabón. Restregué mi piel durante horas hasta que la sangre y los jirones de aquélla hicieron su aparición, pero no…, imposible borrar el tatuaje. Con cierta desesperación me senté y, cuál no sería mi sorpresa cuando vi que, sobre la mesa, al lado de unas monedas de oro, había una carta… No merece la pena hablar de sus míseras disculpas… Simplemente diré que, obligado por su compromiso con la maldita bruja, me administró algún tipo de droga, me condujo hasta mi habitación y, desnudándome sobre mi cama, tatuó con un extraño ritual el mapa del que te he hablado…


…El tiempo me hizo, poco a poco, olvidarme de todo. Nunca volví a desnudarme delante de ningún hombre, por lo que ser la favorita del burdel pasó a mejor vida y tan sólo pude dedicarme a tareas ‘menores’… ¡Y que decir de mis sueños de gloria…! Lo más curioso del caso es que nunca supe porqué…


Anoche, paseando mi soledad por el puerto, un anciano me suplicó una limosna. Nunca he dejado de lado a los que, aún, tienen menos que yo, por lo que me dispuse a darle lo poco que podía. Pero algo me frenó cuando, a la luz de un candil, pude ver su rostro. Me resultaba conocido y le pregunté si él me conocía a mí. Me miró y su semblante cambió. ¡Eres tú!, me dijo. En un principio no me inquieto sobremanera, ¡había estado con tantos hombres…!, pero, al acercarme un poco más a la luz y cruzar sus ojos con los míos supe quién era: el maldito marinero que, dos años atrás, grabó su horrible mapa sobre mi vientre…, sólo que para él no habían pasado dos años como para el resto del mundo: parecía tener mil. Si bien mi primer impulso fue el sentir cómo su cuello crujía entre mis dedos, la tremenda visión de su imagen ajada frenó mis deseos de venganza.


¡Lo siento! Sé que no debí hacerte eso pero era tanto lo que sentía por ella que no pude contenerme… ¡Y mira a lo que me ha conducido!


Entre sollozos y balbuceos me contó que el mapa desaparecería de mi cuerpo cuando alguien quisiera ir al lugar en el que se encontraba el islote perdido… Y la choza de ella. También me dijo que llevaba dos años buscándome para pedirme perdón y contarme cómo librarme de mi tatuaje, pero que su estado le había hecho olvidar tantas y tantas cosas... El hombre que conociera la ubicación de la isla debería partir hacia ese destino. Si no lo hiciera, sería yo la que envejecería de inmediato. Y la maldición, al igual que la del marinero, no tenía cura alguna…


¿Qué por qué te cuento esto? Bueno, a pesar de que ya no podré recuperar mi lozanía de antaño, siempre he albergado la secreta esperanza de que, un día, un marinero llegaría y sería capaz de ir a buscar a la bruja… Y acabar con ella. Y creo que tú eres ese hombre.


Yo, que tengo mucho de marinero y más aún de pirata…, y que no aprendo nunca, le dije que adelante, que me enseñara el mapa, que yo iría y me enfrentaría con ella…


…Con el mapa en mi memoria, el recuerdo de los ojos agradecidos de la mujer cuyo vientre volvió a estar tan libre de ataduras como años atrás, mi barco bien pertrechado…, y la más absoluta de las ignorancias en cuanto a este tema en mi tripulación, zarpé. Nuevamente, rumbo a mi destino…



No me costó mucho esfuerzo dirigir mi barco hacia el islote… O hacia la densa bruma que, de repente, pareció cubrirlo todo. Lo más curioso es que había surcado esas aguas miles de veces y jamás me había ocurrido algo semejante… Lo más complicado, convencer a mi tripulación de que me bajaba en mi chalupa a ‘inspeccionar’ la niebla –aunque están habituados a mis excentricidades–. El resto, fácil para mí. ¿Qué esperabais de alguien como yo…? ¡Ah…, detalles…! Bueno, en el centro de la bruma todo aparecía despejado y un pequeño islote se alzaba en el centro. Decidí bajar sólo a tierra. Encontré a la hermosa bruja –lo de hermosa se queda corto–. Le conté el relato y no pudo evitar reír a carcajadas.


Mi historia es tan anciana como el mundo. Pertenezco a una rara estirpe, aunque no conozco mis orígenes…, ni a nadie como yo. Me alimento del amor carnal que, hombres como tú, son capaces de ofrecerme. No pido más a cambio, tan sólo que no me traicionen. ¿El hablar con los muertos…? Es una de mis habilidades, pero tan sólo puedo hacerlo cuando ‘mi hombre’ me lo pida. ¿Quieres tú ser mi hombre?


Yo, entre lo espectacular de la mujer y el que andaba un poco ‘necesitado’ de cariño, iba a decir que cuando el dedo índice de su mano izquierda frenó mis labios.


¿A qué has venido realmente? ¿A comprobar si la historia era cierta? ¿A ver si, realmente, era tan hermosa como te han contado? Y…, ¿no tienes miedo?


Como siempre, mi cerebro permaneció callado durante un instante, tiempo que mis apetencias –por llamarlo de alguno forma– dijeron: No temo a nada ni a nadie. Sólo causo daño en defensa propia y cuando no queda otro remedio… Sé que soy un pirata atípico, pero así es como soy.


¿Y no temes que te ocurra como a aquel marinero?


No sé lo que él te hizo, pero algo me dice que no tuviste más remedio que actuar de esa forma.


Efectivamente. No le bastó con disfrutar de mi cuerpo dónde, cómo y cuándo quiso. Ni de mi talento…, sí, el de permitirle hablar con los muertos. También pretendió adueñarse de las riquezas de mi isla. La maldición tan sólo puede ser contada a aquéllos que superan la tentación, por lo que, cuando puso un pié fuera de la isla, todo le sobrevino. Un poder mucho más allá del tiempo y del espacio le obligó a hacer todo aquello que ya conoces con la mujer.. Y, una vez acabado, envejeció su cuerpo y su mente.


¿Por qué, entonces, me lo cuentas a mí?


Veo en ti el brillo de la lujuria, pero no el de la traición. Si así lo deseas, puedes disfrutar de mi cuerpo durante el tiempo que te plazca. Luego, podrás irte. No me será necesario recurrir a la maldición para atraer a otros amantes. El tiempo hará que, tarde o temprano, alguien recale en mi isla…, cuando yo lo necesite.


Entonces, ¿es cierto que puedo hablar con los muertos?


Sí, si así lo deseas. Como ya conoces, no puedes tocarlos, pero puedes hablar con ellos…


No pregunté nada más. Llegados a este punto, tan sólo deciros que, una vez saciado mi ‘apetito’, tuve algunos cambios de impresiones con algunos –y, obviamente, algunas– de mis personajes históricos favoritos. Conversaciones que, a partir de ahora y, de cuando en vez, permitiré que leáis, conforme vaya reflejándolas en este cuaderno de bitácora…


…¿Qué que fue de ella…? Bueno, pese a la singularidad manifiesta de mi ‘bruja’ y de mi ‘apetito’, necesitaba volver con mi tripulación y con vosotros para relataros esta historia… Una vez puesto pié en mi chalupa para dirigirme hacia mi barco, una bruma misteriosa envolvió a la isla…, para desaparecer en cuestión de segundos… Tal vez, algún día vuelva a surcar esas aguas por si, acaso, me necesitase de nuevo… ¿Su nombre…? No lo sé… Ni yo se lo pregunté, ni ella me lo dijo.